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El primer vino de la tríada es un Viognier con 18 meses de paso por barrica. El objetivo de este vino fue elaborar un blanco con buena acidez, pero con crianza. Para esto, los Pisano utilizaron una barrica de acacia, la que se distingue por lo pequeño de sus poros. Esto redunda en un bajo intercambio de oxígeno, lo que la vuelve ideal para la crianza de blancos con características frutales, a diferencia de lo que aporta el roble.
El Vino de Bar Viognier Acacia 2020 es un vino con cierta turbiedad y posibles sedimentos dado que no fue filtrado y pasada la fermentación alcohólica fue directo hacia la barrica por 18 meses con sus borras finas y luego a botella.
El segundo Vino de Bar es el primer Marselán de Pisano. Esta etiqueta entra dentro de este grupo de vinos experimentales por ser el resultado de los primeros racimos de esta cepa. Al tratarse de viñedos jóvenes, la producción fue baja y sólo dejaron racimos en algunas de las plantas, volumen ideal para elaborar una primera y única barrica.
Su color es púrpura e intenso. En nariz la fruta roja domina, manzana roja, ciruela y mermelada de frutos negros son algunos de sus descriptores. En boca es un vino sumamente sabroso, con acidez marcada y taninos presentes. Es un Marselán con mucho color y muy gustoso con perfil gastronómico. Tampoco ha sido filtrado por lo que mantiene su virginidad y frescura.
El Vino de Bar Primera Prensa 2020 se elaboró con diferentes variedades, seleccionando el jugo de las primeras prensas de diferentes variedades. Para Pisano, esta es una forma de contar otra historia, ya que en general no se tiene acceso a ese jugo tan concentrado.
En este tercer vino, desde su color se percibe la intensidad con un púrpura profundo. En la nariz, predomina la fruta negra fresca y tiene notas de especias como canela o clavo de olor e incluso ciertas notas mentoladas. En boca toda su intensidad sale a la luz con una importante estructura y taninos maduros marcados. Es un vino con mucho de todo, que pide un maridaje contundente para potenciarlo.
La idea principal es que sean vinos de los que se pueda hablar y debatir, pero sin grandes complicaciones, por esto los bautizaron “vinos de bar”. Son para enófilos y fue por y para ellos que la familia decidió sacar al mercado estas pocas botellas, para compartir estas experiencias con aquellos que realmente estén interesados en conocerlos y probarlos. Respecto de las etiquetas, algo que su creador Gustavo Pisano confiesa es que "muchas veces lleva más dolor de cabeza que la elaboración del propio vino, en este caso se dio de forma natural. Mientras navegaba por Instagram encontré con un llamativo cuadro, llamado “Bar”, que le pareció ideal para que fuera parte de la gráfica". Así fue como contactó a la autora, Carolina Barbé , si bien ya había vendido esa primera versión, realizó un cuadro inspirado en el primero. Tres fragmentos de esta obra se transformaron en la cara de estos únicos y escasos vinos que hoy ya pueden disfrutarse.
Texto extraídos "www.bodegasdeluruguay.com.uy"